Suecia
Mira cómo era Suecia
La historia de Suecia
Desgraciadamente, nuestra preciosa y querida Suecia nos ha dejado
Lo único que nos consuela es que estos últimos meses los ha pasado por fin en un hogar rodeada de todo el cariño y sabemos que por fin ha conocido la felicidad
Queremos agradecer a Yolanda todo lo que ha hecho por ella aun sabiendo lo complicado de su estado y sobretodo el haberle colmado de atenciones y mimos
Suecia, no te olvidaremos
Unas palabras de despedida de quien tanto te dio en tan poco tiempo
«Gracias a todos vosotros también por, como os dije, haberla cuidado todo ese tiempo que estuvo con vosotros. Ha estado tres meses nada más conmigo pero no sabéis cómo la he querido y cuánto me ha dado. Aunque hay lágrimas de tristeza, he llorado también de emoción junto a ella cuando veía que se acercaba, se ponía a tomar el sol al lado de la ventana, se limpiaba el morrito, se desprendía de las uñas viejas y ya no hacía ruido porque las llevaba encima… cosas habituales y rutinarias en cualquier otro felino pero no tanto en ella. La miraba a la carita y era la más bonita del mundo, daba igual que estuviese «mugrosita» y escuchimizada, era una preciosidad.
Tengo dolor pero no sufrimiento, la recordaré con mucho, mucho amor. Ayer cuando iba al vete todavía no sabía los resultados de los análisis, pero iba preparada. A la ida caía una granizada soberana y cayó un trueno que casi me hace parar el coche. A la vuelta después de haberme despedido de ella venía en el coche y a pesar de estar el cielo encapotado había un arco iris doble, espectacular, uno de ellos de lado a lado, totalmente nítido. Esa era mi gatita. Había lágrimas de tristeza pero también de amor, me embargaba la emoción. Cielo oscuro pero arco iris espectacular. Bueno, no creo en las casualidades, la naturaleza se manifiesta.
Me hubiese gustado tenerla un poquito más pues ya empezaba a dejarse tocar. A veces estando las dos tumbadas en el sofá, se acercaba a mis pies cambiando de manta y suave suave empezaba a tocarla y se dejaba acariciar. Vaya si le gustaba. Cuando ella quería, eso si. Estaba mentalizada a que seguramente no se dejaría y me hubiese conformado con sólo saber que tenía una vida confortable y tranquila dentro de su enfermedad. Pero no fue así, llegó a acercarse.La echo de menos pero la recordaré con mucho amor y eso es lo que me queda.»